martes, 30 de abril de 2019

LA DROGA DE LOS CARTELES


Existen carteles de la droga. Y existe gente que cuando elabora carteles parece drogada, en especial al momento de crear algunas señales de tránsito. Recorramos.

Velocidad

La primera y más evidente es la que presentamos en la foto de este post. No se puede andar a 20 km por hora, es demasiado despacio. Es como pedirle a un avión que vuele a 100 km por hora. No es posible, no es recomendable, exige una capacidad de manejo superlativa y no sirve para nada. Para andar a 20 km, directamente hay que prohibir la circulación de los autos en ese lugar. Punto. No inventemos la rueda (del auto).

Otra señal absurda es la de reducir la velocidad en una autopista de 130 a 35 km, porque se está arreglando no sé qué cosa. Una locura, vienen todos a los pedos y de repente hay que ir como tortuga, con el riesgo de que te revienten de atrás. Para colmo, a veces las reparaciones son al costado de la ruta y no implican ningún peligro.

Y la más ridícula de todas. Carteles de PARE en esquinas donde nadie jamás paró, y nadie jamás parará. Sin régimen social de cumplimiento, esta señal es totalmente inútil.

Estacionamiento

Los carteles de estacionamiento son todos distintos, nadie tiene la menor idea de dónde se puede estacionar y dónde no. No hay reglas claras, los criterios varían absurdamente de un barrio a otro, y que te lleve la grúa es cuestión de puro azar. Los incentivos de estos señores que te llevan el auto, de paso, están todos para atrás...

Nuestra hermosa sociedad urbana, para colmo, se empeña en sacar ventaja y mandarnos derechito al equilibro de Nash malo. Carteles de "prohibido estacionar" donde es obvio que no hay autos guardados, cordones pintados de amarillo por los vecinos sin ningún control, cientos de miles de discapacitados que por suerte no tienen discapacidad para manejar y se reservan un lugarcito propio en la puerta de su casa. 

Y por supuesto, también gozamos del inmenso privilegio de asistir al show de la doble fila en cuanto colegio, club o lugar social haya. No importa cuán estrecha o transitada sea una calle, los buscadores paran en la puerta del lugar, ni un centímetro antes ni un centímetro después, jodiendo así al planeta entero.

Otros carteles drogados

Aunque usted no lo crea, existen carteles que prohiben tocar bocina. O sea que cuando no hay cartel... En fin. Mi posición respecto de quienes tocan bocina, salvo en caso de urgencia, es que sufren de un grave trastorno mental y deberían ser sacados de la calle urgentemente. Provocan enojos en autos y transeúntes que pasan cerca, asustan innecesariamente induciendo accidentes, y por supuesto no resuelven casi nada casi nunca. Los fabricantes de autos deberían incluir bocinas de muy bajo sonido, y una de alto sonido para activar en caso de emergencia, como explicamos acá.

También hay carteles de Ceda el Paso. Ajá... y cómo se sabe cuándo paso yo? Cuántos autos tengo que dejar pasar? Infinitos? Cuál es la distancia a partir de la cual debo arrancar yo? Si es la suficiente, ya lo sé y el cartel no sirve para nada.

En los cruces de grandes avenidas a algún genio se le ocurrió pintar el piso de otro color para avisar... que hay un cruce de grandes avenidas. Un genio. Drogado, claro.

Y ya que estamos, podemos hablar del amarillo del semáforo para arrancar. Un absurdo peligroso porque la mayoría cree que con rojo-amarillo se puede avanzar y no, hay que arrancar recién con verde. Entonces... mandá verde directo después del rojo, chabón. Nadie se anticipa y ya.

Finalmente, hay una nueva moda que trata de "informar" mejor al conductor, por ejemplo diciéndole cuánto falta para que cambie el semáforo. Una locura peligrosísima, porque los conductores ven el cronómetro y aceleran como locos o locas para tratar de pasar. Lo mismo vale para el cronómetro de peatones para cruzar. Acá es necesario proveer cero información, porque la poca que tenemos, la usamos mal.


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