sábado, 20 de abril de 2019

ANTI AYUDA




Mucha gente que repara en el título de mi libro Economía al Diván me pregunta cuál es el "enfoque" psicológico que uso en el libro. Suelo contestar defensivamente aclarando que allí no hay nada que tenga que ver con las escuelas de tratamiento y terapia psicológica, y que solo me refiero a algunos experimentos cognitivos concretos aplicados a decisiones económicas. Esto suele traducirse como un enfoque "conductista", pero tengo serias dudas que la vieja controversia entre conductismo versus psicoanálisis tenga algo que ver aquí.

En fin, lo que quería decir es que si escribí ese libro es porque me interesa la psicología de las personas. En cuestiones de economía más o menos me manejo, pero ustedes se preguntarán qué pienso de la psicología humana aplicada a otros aspectos de la vida. En realidad no, nadie se lo pregunta, pero la psicología (como la economía), tiene su lado folk, y todo el mundo habla y pretende mostrar que sabe del tema.

Yo soy igual que esa gente, me encanta opinar. Pero a diferencia, voy a opinar desde el prejuicio y la ignorancia. Y por eso no voy a afirmar, sino meramente a cuestionarme algunas ideas que he escuchado por ahí y que parecen preponderar entre algunos opinadores. Adelante, Doctor Mira.

Hay que sacarlo todo afuera

Hace poco durante una clase de inglés grupal, la discusión tornó hacia los sentimientos y las emociones. La profe preguntó si había que guardarlas o sacarlas. Todes respondieron de inmediato y sin dudar que había que externalizar todo. Yo me quedé un poco sorprendido, pero como me divierte contrariar, dije de inmediato y casi como una broma que era exactamente al revés.

Mi posición ha sido burlada ni más ni menos que por Los Simpsons. En un capítulo Homero demuestra otra fasceta de su idiotez al opinar lo mismo que yo. Aun así, en ese momento de la clase todos se detuvieron a mirarme para que me justificara (en inglés...). Y yo doblé la apuesta: dije que guardarse las emociones era la base de la civilización. Un par de ejemplos obvios bastaron para que me tomaran en serio.

El acumulacionismo emocional señala que si se guardan sentimientos, después explota peor (una suerte de inconsistencia temporal de las emociones). Puede ser, pero eso significa que si pudiéramos guardarlas para siempre, no ambiguamente estaríamos mejor. Por otra parte, he leído que la evidencia empírica del acumulacionismo es bastante floja.

Reflexionar

La introspección suele ser recomendada como una actividad saludable. Se trata de reflexionar lo más posible sobre todo lo que hace uno y lo que hacen los demás. 

Pero los resultados de esta tarea dependen de cada individuo. Si no te entendés bien o no sabés por qué hacés lo que hacés en tu vida, la introspección puede ser una pesadilla. Y pensar sobre el resto nos podría llevar a elaborar teorías conspirativas sobre lo que piensan de nosotres, con consecuencias potencialmente negativas.

Rumiar y rumiar sobre sí y sobre el resto puede ayudar a descomprimir, pero también puede llevar a una retroalimentación de odio y resentimiento, llevándo a concluir o actuar de una manera extrema. Los viajes son especialmente aptos para crear estas reflexiones peligrosas, y por eso trato de leer sostenidamente cuando tengo huecos, incluso mientras camino. Mi posición siempre ha sido la de minimizar mi diálogo conmigo mismo. Así me va.

La culpa es de papá y mamá

No sé si esto será cierto, pero es una excusa fantástica. Y lo más extraordinario es que, dado que la culpabilidad debería ser extensible hacia atrás, la razón de nuestras malas acciones modernas se deberían al mismísimo Adán (Eva salió de él, no cuenta). O tal vez al propio Dios.

Socialmente este criterio parece poco aplicable. La justificación paterna y materna daría lugar a la inexistencia del castigo por cualquier acción. Incluso a reconsiderar si las atrocidades de la Segunda Guerra no se debieron a la mami de Adolfito. 

Mi opinión es otra vez exactamente la opuesta. La culpabilidad en esta historia es de la progenie. Seres que maximizan y son egoístas, y se portan mal. Eso hace que los padres y las madres se calienten y listo, empieza el quilombo acumulativo. La cría causa la reacción paterna y materna, y no al revés.

Conclusión

Economía al Diván hace un tratamiento insuficiente y sesgado de la psicología. Como ven, tuvieron suerte de que me haya limitado a la economía.












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