sábado, 28 de septiembre de 2019

RESEÑA: EL HOMBRE DE LAS IDEAS DE P. SCHIAFFINO


Nunca había leído un libro de no economía escrito por un economista. No me parece natural que un economista escriba literatura. Yo no sé hacerlo y siempre sufrí por eso. Nuestro estilo, como economistas, suele ser la escritura precisa, organizada y resumida. En el caso de los que hacemos coyuntura, el estilo es aun más sufriente: abusos de "sube" y "baja" y pocas alternativas literarias para representar el día a día de la economía.

Pero llegó "El hombre de las ideas" de Pablo Schiaffino (PS), y mi edificio prejuicial se desmoronó como un castillo de naipes (que se desmorona, hay que ser precisos). El de Pablo es un libro que me pareció maravilloso. Por cierto, el autor en ningún momento se desprograma de sus intereses; el libro está lleno de explicaciones de teorías económicas y de las otras, que adornan una narrativa principal a la que me referiré en otra sección (la que viene, para ser más precisos).

El estilo desembozado y personal de Pablo me hizo recordar al del destartalado Michel Houellebecq (MH), y antes de que me tiren con algo voy a redoblar la apuesta: aunque MH sea 10 veces mejor escritor que PS, PS es 100 veces mejor científico. 

E insisto que más allá de algunas insuficiencias mínimas de edición, la prosa es sorprendentemente rica para un economista, o al menos eso digo yo, que de prosa no sé mucho pese a haber hablado en prosa toda la vida. 

La Novela

La historia de El Hombre de las Ideas es cara al economista académico. Tan cercana, de hecho, que todo el tiempo uno se está preguntando si conoce a los personajes. El interrogante central siendo si el protagonista estelar, Alfredo de los Palotes, es el alter ego, o el alter superego, del autor.

Pablo logra suceder las situaciones absurdas que bordean lo dramático sin caer jamás en la tentación de convertir el texto en un guión de sitcom. El protagonista se debate entre él y sus ideas, entre lo que es verdad y lo que puede no serla, y resume con maestría (y doctorado) los dilemas ontológicos y sociales que enfrenta el académico tradicional, al menos entre los economistas.

Siendo que PS nos relata teoría, no podemos terminar esta reseña sin intentar etiquetar la ideología del autor, pues como todos saben, el economista y su obra DEBEN estar contaminados por ella (sí, estoy siendo irónico). Algunos dirán que en su mensaje, si es que lo hay, se respira cierto aire liberal, quizás libertario, pero en El Hombre de las Ideas yo leo a un muchacho completamente despreocupado por los dogmas y desprendido de cepos ideológicos. 

Como recomendación pragmática, les recomiendo empezar a leer El Hombre de las Ideas, sobre todo si son economistas. Simplemente no van a poder abandonarlo hasta el final. Felicitaciones, Pablo, con este libro generaste una gran externalidad positiva: nos hiciste a todos los economistas un poquito más humanos. 

sábado, 21 de septiembre de 2019

LA APUESTA


En el programa solemos hablar mucho de Economía del Comportamiento, pero rara vez la aplicamos a nuestras propias vidas. Pero el jueves pasado, decidimos usar el poder de los Nudges para acabar con un par de sesgos que nos atormentan.

Resulta que uno de nosotros (el A) se tienta demasiado con la comida, y dio inicio a una (nueva) dieta. Cuando el otro le comentó sobre la dificultad de sostenerla, el primero sostuvo algo así como "y... veré como hago".

El otro tipo de cambio (el B) debe ya hace varios meses una versión avanzada de un libro que estamos escribiendo juntos. Pero la procrastinación siempre pudo más y el proyecto no parece concretarse nunca.

La apuesta

Entonces se nos ocurrió plantear la siguiente apuesta-nudge. Si al día 31 de diciembre de 2019 el tipo de cambio A no logra bajar 5 kilos respecto de su peso actual, deberá pagarle al tipo de cambio B la suma de 10.000 pesos. Pero la apuesta no termina ahí. Si al día 31 de diciembre de 2019 el tipo de cambio B no entrega una versión avanzada del libro, entonces B deberá pagarle a A esa misma suma. Obviamente si ambos cumplen (o ninguno cumple), nadie paga nada a nadie.

La veedora y escribana del acuerdo fue nuestra productora Barbie Williams, y la apuesta queda registrada en autos en este post.

Será justicia.


sábado, 14 de septiembre de 2019

¿ES BEHAVIORAL ECONOMICS MAINSTREAM?


Alguna vez en tuiter se puso de moda durante unos cuantos segundos el tema de si Behavioral Economics (BE) era o no MainStream (MS). Van algunas reflexiones al respecto.

Primero, en BE hay dos escuelas bien diferenciadas. La vieja, con Katona y Simon al frente, iba de punta contra la ortodoxia. La nueva es más heterogénea. Kahneman y Rabin son más bien colaborativos, pero Thaler es más crítico. 

Segundo, en este debate es importante la cuestión epistemológica. Los BE le propusieron a la MS que MS hacía economía normativa y BE descriptiva. MS no compró y siguió haciendo prescripciones con sus modelos poco realistas.

Tercero, supongamos que metemos en la discusión a la heterodoxia (digamos, a los poskeynesianos). ¿Están equidistantes de ambas visiones? Por que si así fuera eso sumaría evidencia de que BE y MS "se parecen". Pero lo poco publicado al respecto indica que no, que la heterodoxia está mucho más cerca de aceptar un "fundamento micro" más parecido a BE.

Cuarto, hay cierta evidencia de maltrato (estoy exagerando un poco) de la MS respecto de BE, lo que parece haber retrasado un poco una potencial convergencia en colaboración.

Quinto, la subdisciplina más difícil de mejorar por AMBOS es con pocas dudas la Macroeconomía. Ambos ganarían bastante de una colaboración mutua en estas cuestiones, pero están poco desarrolladas aun.

Sexto, lo que parece haber calmado más las aguas entre BE y MS no es la buena onda, sino el hecho de que la economía se volvió mucho más empírica. Lo bueno es que ahora hay más lugar para todos, lo malo que quizás estamos dando por "buena" la teoría tradicional, y por ahí algunas cosas hay que revisarlas a la luz de BE.

Séptimo, en general, BE tiene más éxitos concretos de política económica respecto de la MS. En general, los de BE son experimentos recontra controlados, específicos, y con resultados bien claros. Los de MS son más debatibles, en especial en macro.

Mi conclusión de toda esta ensalada es que BE está actualmente DESCRIPTIVAMENTE cada vez más ligada a la MS, pero que aun está lejos NORMATIVAMENTE de ella. Todo esto lo digo más extensa y más claramente en un artículo que escribí para las JORESPI. El que quiera me lo pide y se lo mando.

sábado, 7 de septiembre de 2019

TIGRES QUE NO DESCANSAN


Tuvo buena repercusión mi nota sobre un tigre en la casa que publiqué en perfil, que nada tiene que ver con la tapa de libro que ilustra este post, pero que me pareció divertido pegar.

El juego que plantea la nota es que una familia "adopta" un tigre para cuidar la casa pero deben vivir en ella. De noche el tigre cuida, y de día ellos están en la casa y el tigre duerme, por lo que no deben despertarlo. Claro que ruidos hay siempre, pero en lugar de reconocer el problema de tener semejante fiera en casa, la familia intenta evitar por todos los medios cualquier sonido que lo despierte.

Desde luego, el tigre es la deuda y los ruidos son... cualquier cosa que sensibilice a los acreedores. Los ladrones son la inflación y las soluciones que no se consideran son el uso parcial del impuesto inflacionario y otras políticas de ingreso que podrían haber moderado el endeudamiento. 

Lo que me parece más interesante de esta metáfora, sin embargo, no son estas asociaciones precisas. Lo que no parece dejar de suceder es que varios analistas caigan una y otra vez en la falacia de culpar a pequeños shocks y no a la estructura riesgosa que se construyó previamente para que estas leves perturbaciones tengan impacto. Por ejemplo, recientemente Sturzenegger dio por sentado que el fracaso de una política macroeconómica completa se debió a un mínimo cambio en las tasas de interés promovido por "la política" el 28 de diciembre de 2017. Un buen análisis del paper lo hizo Martín Trombetta aquí.

Este tipo de fallos, que bien podría ser considerado un sesgo (¿nuevo?), tiene un par de características interesantes. Primero, que gira la atención hacia los problemas equivocados y no nos permite ver el bosque en lugar de quedarnos en la inspección del árbol. Segundo, que la cantidad de circunstancias eventuales para culpar los fallos son infinitas, de modo que siempre hay una justificación disponible para explicar el fracaso de cualquier política. 

Ambos problemas, a mi modo de ver, resultan letales para una política económica sana, institucional y que privilegie el largo plazo.