sábado, 26 de agosto de 2017

PROCESOS, NO EQUILIBRIOS


En un artículo publicado en Voxeu, los economistas Bruno Frey y David Iselin consideran que hay ideas que los economistas debemos "soltar". Dicen que pese a que hay algunos consensos, existe un montón de temas sobre los cuales no estamos para nada de acuerdo, básicamente porque desconocemos lo esencial de algunos fenómenos. Por supuesto, la crisis de 2008/9 transparentó esta situación, pero existía desde siempre.

Una de las ideas que posiblemente haya que ir repensando es la de asumir equilibrios continuos en los modelos. Uno de los que más ataca este supuesto y propone alternativas interesantes es Alan Kirman, a quien considero un enorme economista. 

¿Cuáles son las restricciones para salir del paradigma del equilibrio?. Trabajar formalmente con situaciones de equilibrio es mucho más sencillo que trabajar con transiciones al equilibrio (o directamente con situaciones de desequilibrio). La profesión ha hundido una enorme cantidad de costos para estudiar economías en estado de reposo (o de steady state, que es una dinámica estable), y gracias a este supuesto ha desarrollado un montón de herramientas útiles. Otra simplificación útil fue "el agente representativo" racional, que poco a poco fue adueñándose de la micro y la macroeconomía.

Pero seguir con esta línea tiene límites. Veamos algunos.

  • El énfasis en el equilibrio hizo perder de vista un fenómeno central  en economía, que es la coordinación. Lo fantástico del capitalismo es cómo, descentralizadamente, terminamos coordinando actividades de modo que la economía tiende a florecer. Desde luego, cuando estos mecanismos de coordinación fallan, tenemos una crisis. Por lo tanto, entender mejor la coordinación es fundamental para resolver problemas del funcionamiento de la economía. 
  • Modelizar con un agente representativo significa perder de vista completamente el problema de la coordinación en los intercambios presentes o intertemporales. A estos modelos parece faltarles un aspecto esencial.
  • La racionalidad individual es una condición necesaria para alcanzar el equilibrio. Pero ya hemos repetido una y mil veces que no somos homo o feminas economicus. Tampoco somos hiper irracionales. Hay algunos esfuerzos para generalizar aspectos de la conducta sin apelar al marco exagerado de la racionalidad pura, como por ejemplo este y este.
¿Cuáles son las alternativas? Uno puede elegir entre dos grandes caminos. Uno es mantener la lógica modelística tradicional incorporando el análisis de desequilibrio y problemas de coordinación, al estilo Axel Leijonhufvud. El otro es el mundo de los Agent Based Models, donde los agentes no son necesariamente racionales, y sus interacciones crean propiedades "emergentes" de los sistemas que replican muchos fenómenos económicos de manera bastante realista.

En el próximo post miraremos un poquito más de cerca la literatura de Agent Based, que promete un montón, pero ya es realidad.



sábado, 19 de agosto de 2017

EL BUEN ECONOMISTA



En tiempos donde algunos simplistas no solo discrepan con Maynard sino que además lo agreden adjudicándole culpabilidades absurdas, conviene compartir una vez más uno de sus mejores párrafos sobre qué significa ser un buen economista. Comentamos brevemente cada frase:

“El estudio de la economía no parece requerir ninguna dote especializada de un orden desacostumbradamente superior. ¿No es, intelectualmente considerada, una materia verdaderamente fácil, comparada con las ramas superiores de la filosofía y de la ciencia pura?
El economista no suele ser imputado por no ser demasiado matemático, o estadístico, o ingeniero, o historiador. Para hablar de economía basta cierto sentido común, y mantener cierta consistencia ideológica en el discurso. 
¿Una materia fácil, en la que pocos destacan? Esta paradoja quizás puede explicarse por el hecho de que el gran economista debe poseer una rara combinación de dotes. Tiene que llegar a mucho en diversas direcciones, y debe combinar facultades naturales que no siempre se encuentran reunidas en un mismo individuo. Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo (en cierto grado).
Pero ojo. El buen economista DEBE cubrir todos estos aspectos. Y muchos más: 
Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vista al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre o de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración.
Y además de la virtud multidisciplinaria, debe a la vez cumplir con un mandato moral, ya que sus dichos y acciones impactan sobre toda la sociedad, presente y futura.
Debe ser simultáneamente desinteresado y utilitario; tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista, y sin embargo, en algunas ocasiones, tan cerca de la tierra como el político”.
El buen economista quizás no exista. Pero si es así, tengámoslo en cuenta a la hora de escuchar afirmaciones exageradas. Maynard, en un par de renglones, dio por tierra con infinidad de economistas que, quizás sin saberlo, no son tales.



sábado, 12 de agosto de 2017

RICHARD THALER SE PORTA MAL (Reseña de Misbehaving, de Thaler)


Hay una gran cantidad de economistas behavioral dando vueltas por ahí. El que más admiro, por inteligencia y actitud, es Richard Thaler. 

En su último libro Misbehaving, Thaler recorre su vida profesional con humor y enseñándonos mucho sobre la Economía del Comportamiento. 

He aquí unos pocos hitos de su legado (poqu-hitos):

Entre 1987 y 1991 escribió una serie de columnas históricas en el Journal of Economic Perspectives bajo el nombre de "Anomalías", que refutaban el postulado de racionalidad.

En 1988 escribió junto a Hersch Shefrin un trabajo que al incluir la psicología real de la gente demolía nada menos que la teoría del ingreso permanente de Milton Friedman.

En 2008 publicó Nudge con Cass Sunstein, donde brinda consejos concretos de políticas "suaves" con contenido behavioral. El resultado: varios gobiernos incorporaron un equipo para llevar adelante algunas de las propuestas y pensar otras.

Thaler fue uno de los que más contribuyó a acumular evidencia convincente contra la Hipótesis de los Mercados Eficientes y su más arduo defensor Eugene Fama. La implicancia más importante de esa Hipótesis es que las burbujas especulativas no tienen sentido.

En 2015 Thaler fue nombrado presidente de la American Economic Association (sí, el lobo cuidando a las ovejas).


Todo esto y mucho más, lo cuenta en su fantástico libro Misbehaving, sobre el que publiqué una reseña en la Revista de Economía Política de Buenos Aires (REPBA)  que creo quedó bastante bonita. No, la humildad no es el fuerte de los Dos Tipos de Cambio. Bueno, igual que Thaler...





martes, 8 de agosto de 2017

EDUCANDO A LOS EDUCADORES




Estaba leyendo el último libro de Steven Pinker, The Sense of Style, que es un manual de estilo para escribir (en inglés). Me resultó divertida una parte donde ridiculiza el mito según el cual la humanidad, y en especial los jóvenes, hablan cada vez peor. Se cree erróneamente que el lenguaje se está echando a perder, y con él la mismísima civilización. Aquí transcribo (y traduzco) una serie de afirmaciones históricas que cita Pinker, y que dan cuenta de las fallidas predicciones de colapso. No citamos a los autores, pero sí las fechas.

1978
El lenguaje común está desapareciendo. Poco a poco es aplastado hasta morir bajo el peso del conglomerado verbal, un pseudo-discurso a la vez pretencioso y débil, creado diariamente por millones de errores e inexactitudes en la gramática, la sintaxis, el lenguaje, la metáfora, la lógica y el sentido común. ... En la historia del inglés moderno no hay un período en el que tal victoria sobre el pensamiento en el habla haya sido tan generalizada.

1961
Los recién graduados, incluyendo aquellos con títulos universitarios, parecen no tener dominio del idioma en absoluto. No pueden construir una oración declarativa simple, ya sea oralmente o por escrito. No pueden deletrear palabras comunes y cotidianas. La puntuación aparentemente ya no se enseña. La gramática es un completo misterio para casi todos los recién graduados.

1917
De cada universidad en el país nace el grito: "Nuestros estudiantes de primer año no pueden deletrear, no saben puntuación." Cada escuela secundaria está en peor estado porque sus alumnos son tan ignorantes de los más pequeños rudimentos.

1889
El vocabulario de la mayoría de los alumnos de secundaria es sorprendentemente limitado. Siempre trato de usar el inglés simple, y sin embargo he dictado clases en las que solo una minoría de los alumnos comprendía más de la mitad de lo que dije.

1833
A menos que se detenga el actual progreso de cambio ... no cabe duda de que, en otro siglo, el dialecto de los estadounidenses será completamente ininteligible para un inglés. 

1785
Nuestra lengua (quiero decir el inglés) está degenerando muy rápido. ... Comienzo a temer que sea imposible sostenerlo.

1478
Nuestro idioma ahora se ve muy lejos de como se hablaba cuando nací.


Como ven, con este tema sucede lo mismo que en la brillante película de Woody Allen, Medianoche en París, donde cada personaje considera sistemáticamente que todo tiempo pasado fue artísticamente y políticamente más interesante que el actual.

Sospecho que este sesgo se aplica con amplitud a casi todos los temas, pero últimamente se puso de moda en las discusiones sobre la evolución de la educación en Argentina. Nos cansamos de leer informes sobre lo mal que estamos, y de cómo empeoramos. Y de cómo esto terminará por estancar el país por generaciones y generaciones. 

Mi intención no es refutar a estos artículos que niegan el progreso, sino ponerlos en el contexto adecuado. Concretamente, sugiero restarle el sesgo promedio que caracteriza a los educadores que educan a los educandos, y que cuando eran como los educandos también eran considerados maleducados por sus educadores.

Y a ver si empiezan a hablar bien, manga de burros.

martes, 1 de agosto de 2017

SESGOS, LUJOS Y CRISIS - PARTE II



En el post anterior ilustramos que en Argentina los pobres están lejos de los pobres de los países desarrollados, pero que los ricos no tanto. ¿Cómo llegamos a esto? Hay varias causas, pero voy a arriesgar una que no se menciona tanto, y que probablemente sea incomprobable. Pero nada de esto detiene a un tipo de cambio, ya saben. 

Bien, la hipótesis es que llegamos a esto luego de los continuos episodios de crisis que vivimos. En cada crisis, los que pagaron casi irremediablemente los costos fueron los más vulnerables. Especifiquemos un poco.

La torta del ingreso se divide entre trabajadores (salarios) y capitalistas (ganancias). En cada episodio de crisis, la participación de los trabajadores perdió participación en esa torta, y no siempre lo pudo recuperar. Este gráfico ilustra el asunto.


El primer episodio (1975-1976) es político, el Proceso estafó por la fuerza a los trabajadores. La hiperinflación de 1989 perjudicó a todo el mundo por igual. Y los episodios más traumáticos fueron la explosión de los dos experimentos de apertura económica (Martínez de Hoz y Convertibilidad). ¿Qué pasó?

Para resumir (mucho), nos gastamos todos los dólares. Tomamos créditos en dólares para viajar al exterior y comprar bienes importados. El famoso “deme dos”, tan bien ilustrado por la brillante película argentina Plata Dulce¿Y por qué gastamos tanto? Los psicólogos lo saben bien: el ahorro es un mérito y el consumo, un placer. Por eso los refranes de ahorro exaltan la planificación y la virtud (“el ahorro es la base la fortuna”; “pan para hoy, hambre para mañana”); pero los que exaltan el consumo apelan al fin del mundo (“mañana Dios dirá”; “hoy estamos, mañana quién sabe”; “a gastar que se acaba el mundo”, no… ese decía otra cosa).

Además está nuestra natural tendencia a ser demasiado optimistas para cumplir nuestros planes. “La próxima vez que salga a comer afuera, no voy a pedir postre”. “Vamos al shopping… dale... que es para pasear nomás”. “Estoy decidido, este mes voy a ahorrar el 20% del sueldo”. ¿Quieren saber si ustedes también se equivocan? Hagan un pronóstico ahora de cuánto dinero creen que gastarán el próximo fin de semana, y registren durante los dos días cuidadosamente cada gasto. Se sorprenderán de la diferencia…

Tan claro tenemos que nos gusta gastar, que diseñamos mecanismos para no tentarnos. El más antiguo era la alcancía, con agujero de entrada, pero no de salida. Habrá que romperlo.. y es de porcelana. Pero hay otros muy importantes: el aporte jubilatorio es obligatorio y no voluntario porque si no, literalmente, llegaríamos a viejos sin un mango.

Estos sesgos, nos hicieron gastar de más. Pero no estoy siendo justo, porque no todos lo hicimos. Del gasto en bienes importados, bastante más de la mitad lo explica el 20% más rico. Los ricos, además, tuvieron crédito. Y ojo que dije “crédito” y no “deuda”. El “deudor” puede no devolver lo que debe, pero quien recibió “crédito” es alguien de nuestra total confianza. Así que los ricos pidieron prestado… y a gastar! Cuando nos quedamos sin dólares y sobrevino la crisis, como vimos, los que terminaron pagando no fueron los ricos. 

Esto cierra el círculo. El gasto inútil no solo expresa lo mal distribuido que está el ingreso, sino que en Argentina tuvo además un rol en la generación de las crisis, que cuando explotaron fueron afrontadas por aquellos que nunca, pero nunca, se dieron un lujo.