sábado, 23 de febrero de 2019

QUE ES CAPITALISMO PARTE VI: CAPITAL



Prometimos hablar de fuerzas productivas, y por ahí andan el trabajo y el capital, dicen los libros de texto. De los dos, el más enrevesado es el concepto de capital, así que antes de hablar de sus dueños, nos metemos con la propia idea de capital.

Nacimiento del Concepto (el Conceptito)

La etimología es medio obvia: capital viene de cápitas. Cabezas... de ganado. Sin embargo, en Grecia y Roma todo el mundo entendía por capital la riqueza en general. Pero claro, no pueden ser la misma cosa. 

Pues bien, cerca de la fecha del inicio de la revolución del progreso, en Inglaterra, se entendía por capital la plata que tenía un mercader o una empresa. Esta acepción inventarial o de riqueza contable de una firma no se mantuvo demasiado tiempo, y pronto se empezó al capital como la plata que la compañía adelantaba para encarar un negocio por primera vez. 

El Clásico de(l) Capital

Pero vino Adam Smith, con sus ínfulas cientificistas, y precisó el concepto. Lo llamó capital fijo que genera beneficios sin circular ni cambiar de dueño. Eso incluía las máquinas, las construcciones, la tierra y las "capacidades" individuales. O sea que Adam liberó el concepto de las cadenas del dinero puro.

Marx le dio una brillante vuelta de tuerca. Entendió que la naturaleza del capital cambiaba la lógica del sistema. Siendo M dinero y C commodities, pasamos de C-M-C (intercambio puro) a M-C-M' (producción y acumulación), donde M'>M. Pero Marx no siguió con esta tesitura más adelante, pues su definición histórica de capital no refiere a una cosa sino a un conjunto de relaciones sociales entre personas en un momento histórico particular.

Y después...

El austríaco Böhm-Bawerk estudió de cerca el capital y para él representaba un complejo de bienes producidos necesarios para adquirir más bienes en el futuro. O sea, bienes físicos. En cambio John Bates Clark (el del premio) mantenía la distinción entre capital puro (dinero) y bienes de capital. Irving Fisher hablaba de "entidades" materiales para producir un flujo de ingresos en el futuro. 

Thorstein Veblen, uno de nuestros ídolos, asociaba (a la Marx) el capital con un modo moderno de producción, e incluía en el concepto de capital al conocimiento humano. En cuanto al debate capital como dinero / como bien físico, Veblen decía que las crisis "no destruían capital literalmente", sino su valor (basado en las expectativas del público). Por eso, defendía la noción de que la parte principal del capital era intangible.

Marshall intentó dar una definición armónica con la práctica usual (neoclásica), y lo trató como un factor más de producción, junto con la tierra y el trabajo. El uso "monetario" de los negocios nunca apareció en sus obras. Hayek basa sus trabajos sobre capital también en esta noción. Schumpeter, en cambio, siempre insistió en la naturaleza financiera del capital.

Tiempo después arrancó el fantástico debate de los dos Cambridge sobre la naturaleza del capital, en cuyos detalles no nos metemos aquí, y al que algún día dedicaremos un post. Fue un debate sobre la naturaleza física del capital.

(Otro debate interesante que no abordamos es acerca de la moderna proliferación de nuevos conceptos de capital: capital humano, capital social, capital cultural, capital religioso, etc.).

Y entonces?

No tenemos héroe en este lío, pero podemos resumir dos posturas. Una, post-Smith, atribuye el concepto a cualquier cosa o atributo relativamente durable que lleva a la satisfacción de necesidades. Esta concepción niega al capital como una idea específica al sistema capitalista, y asume que existió siempre.

La otra opción es el significado de capital que emergió en el siglo 13 en un contexto de expansión del comercio y la inversión: aquellos fondos utilizados para encarar un proyecto. La ventaja clave de esta definición que al considerar capital a los valores monetarios del mismo, éste puede ser considerado como producción potencial o como garantía, algo que no puede hacerse con el factor "trabajo".

Capital, Capitalistas, Capitalismo

¿Y qué piensan los capitalistas de qué es capital? Por cierto que importa como ven ellos la cosa. Los que hacen negocios suelen entender capital como el dinero o el valor monetario que es su propiedad y es comerciable. 

Esta visión incluye en la idea de capital a los derechos legales e institucionales de los que siempre terminamos hablando la caracterizar al sistema. 

Estos tipos parecen estar usando capital a lo que un economista llamaría "capital financiero". Es un capital relativamente maleable, alienable, comerciable, adueñable y utilizable como colateral, todas características centrales en el funcionamiento del sistema capitalista. Ninguno de los otros "factores de producción" comparte estas características plenamente. 

Esta definición, la de los muchachos que ejercen el uso del capital, parece ser la más plausible y útil para explicar y entender mejor al sistema capitalista.

sábado, 16 de febrero de 2019

QUE ES CAPITALISMO PARTE V: DINERO Y FINANZAS




El tiempo es dinero, así que es tiempo de hablar del dinero y su rol en el capitalismo. 

Medio de cambio

Parece imposible negar su importancia en el sistema capitalista, pero hay un problema: muchos modelos tradicionales que construyen los economistas... funcionan sin dinero! Estos modelos se concentran en el dinero como medio de cambio, casi exclusivamente para proveer el servicio de intermediar mejor los intercambios entre cosas medio distintas. Este tratamiento teórico parece sugerir que el dinero es un servicio más, difícil que sea central para el desarrollo capitalista.

La razón por la cual se enfatiza el rol de medio de cambio del dinero tiene su raíz en la percepción de que el dinero es, de nuevo, un emergente natural de un sistema de agentes interactuando libremente (y dale con Pernía...). 

Pero si el dinero fuera importante por su rol de unidad de cuenta, por ejemplo, su surgimiento no podría ser tan espontáneo y requeriría de algún tipo de instancia institucional. Lo mismo pasa con otras funciones como reserva de valor o cancelación de pagos. Se necesita poder político para sostener el valor de la moneda y que estas funciones sean efectivas.

De todos modos, solamente con el poder político no vamos a ninguna parte. Para que el papel moneda se utilice se necesita también que la gente crea que tiene valor, y que crea que otros también lo creen. Ahí hay confianza en la coordinación, no solo necesidad mutua. El dinero es un híbrido público-privado.

Y las finanzas?

Las economías monetarias implican necesariamente la existencia de deudas. Por ende, la dimensión monetaria es solo una parte de lo que podemos llamar sistema financiero, que es mucho más amplio. 

Hablar del sistema financiero en su conjunto promete más para tratar de entender el capitalismo. Para muchos autores el capitalismo se distingue porque contiene un mecanismo social por el cual las relaciones privadas contratadas entre deudores y acreedores se monetizan continuamente. O sea, el dinero estatal es crucial también para el funcionamiento del sistema financiero.

La negociación generalizada de los instrumentos de deuda ("descontar un pagaré") también fueron novedad en el capitalismo. Y su uso no es posible si no hay un sistema legal que lo organice. Hay bastante evidencia de que recién cuando se metió la ley, estos bichos empezaron a funcionar ordenadamente. Henry Dunning MacLeod (el que le puso nombre a la Ley de Gresham) solía decir que el descubrimiento que más afectó la fortuna de la raza humana fue el tipo que se dio cuenta de que una deuda es un commodity vendible.

Por supuesto, el sistema financiero también trajo inconvenientes, con sus profecías autocumplidas, sus corridas bancarias y sus burbujas especulativas. Y desde luego, con el choreo... Para Marx todo el sistema de crédito era una gran truchada, pero en general los Estados le encontraron la vuelta para ganar con su funcionamiento, sin que se reviente del todo con sus crisis recurrentes. 

El sistema financiero requiere de una estructura legal de propiedad adecuada, y de la cooperación mutua entre los individuos. Lejos estamos de un fenómeno darwiniano de aparición natural.

Finanzas y Capitalismo

En nuestra selección de variables relevantes, las finanzas parecen haber sido muy importantes para el despegue del capitalismo. La emergencia del capital monetario fue un antecedente central para financiar los proyectos de inversión y tecnológicos que nos ayudaron a progresar. Para más datos, las finanzas se profundizaron fuerte en Inglaterra justo cuando el capitalismo empezó su camino al éxito.

Pero bueno, también están las innovaciones esas que financiamos con la guita. Y las fuerzas productivas que se pusieron a laburar. Así que esto no termina acá.


sábado, 9 de febrero de 2019

QUE ES CAPITALISMO. PARTE IV: MERCADOS


Imposible seguir adelante si no hablamos de mercados. Así como para los libertarios más extremos los derechos de propiedad son esenciales, la mayoría de los liberales tradicionales enfatizan las ganancias de la bienamada libre interacción entre la oferta y la demanda. 



Las referencias a los mercados suelen ser generales y vagas. No es fácil definir un mercado (Heymann siempre pregunta cuál es el mercado de dinero), y lo que se suele asumir es que mercado es sinónimo de intercambioEl amigo Von Mises (siempre es bueno tener un amigo libertario) es uno de los que entiende mercado como intercambio de propiedad, y avisa que los mercados han existido por cientos de miles de años. 

La acepción de la palabra tendía a ser geográfica, un lugar particular donde se hacen transacciones como el Mercado del Progreso, de Abasto, de las Pulgas, etc. Desde la informática y con MercadoLibre y Amazon, sin embargo, todo cambió.

Una particularidad empírica importante es que los mercados perfectos son pocos. Muchos bienes no son homogéneos. Para operar una transacción en un mercado es necesario que las partes cooperen intercambiando información específica valiosa. Más aun, siendo que los oferentes valoran mucho la clientela, la relación entre contratantes suele ser duradera. Pero la noción liberal clásica de mercado se refiere a múltiples compradores y vendedores de un bien o servicio específico.

Curiosamente, economistas históricamente comprometidos con la libertad de los mercados han puesto poco esfuerzo en caracterizarlos. Se ha privilegiado el análisis del sistema de precios y de su principal resultado, los valores de equilibrio, para después "jugar" teóricamente con ellos. Sin embargo, entre los pocos que se fijaron en las cuestiones institucionales de los mercados contamos con nombres importantes como George Stigler, Douglass North y Ronald Coase.

Pero vamos a lo nuestro. Es el mercado, como la propiedad, una institución social, o es un mero emergente en un ámbito de individuos libre persiguiendo su propio interés?

Una forma de empezar a responder esta pregunta es observando las dificultades que atravesaron economistas como Vernon Smith o Alvin Roth al intentar "diseñar mercados" allí donde no existían o no funcionaban bien. Su conclusión: es imposible diseñar desde cero un mercado con todos sus detalles. Por qué les pasó esto?

Una razón podría ser que el diseño de mercados por parte de unos pocos humanos es imposible. Se necesita la interacción natural de todos ellos, que a través de un proceso de prueba y error terminan por crear algo que funciona bien. Algo así como hizo la evolución con nosotros (ok, más o menos... dije "que funciona bien"). 

La otra explicación, que nos gusta más, es que en el mundo real cada mercado es diferente. Cada uno está relacionado con otras instituciones y tiene sus propias reglas. Salvo generalidades, no hay una lógica universal en su funcionamiento. Y no nos referimos solamente a la existencia de monos, oligos u otros polios. Compare el lector las reglas de los mercados de la edad media con las de las modernas transacciones financieras y verá de lo que hablo.

Otro aspecto social de los mercados es que algunos de ellos son propiciados por el Estado, y por lo tanto heredan naturalmente los aspectos legales de la propiedad y del dinero. Para enfatizar el rol institucional, Coase solía decir que aconsejar a las naciones ex comunistas a adoptar una economía de mercado sin las instituciones apropiadas era una empresa inútil.

Más allá de las definiciones, es difícil argumentar que la explosión de progreso de las últimas dos centurias y media se debe a su emergencia. Los mercados en su definición libertaria existieron casi siempre, pero nada pasó hasta hace poco. Esto no quiere decir que los mercados no sean importantes. Como siempre dijo Hayek, su rol como procesadores de información con bajo costo es sustancial. Pero ojo, las señales de precio que salen de él deben ser interpretadas y procesadas por empresas, donde predomina la cooperación y la autoridad, no la libertad de decisión.

Los mercados pueden emerger espontáneamente o ser promovidos por cierto diseño consciente. También son esenciales en el funcionamiento capitalista (tanto que su rechazo tiene un nombre, agorafobia o miedo a los mercados). Lo que es más difícil es asignarle un rol decisivo para el progreso, siendo que existieron siempre. Para justificar esto se debería explicitar por qué mejoraron tanto últimamente. Lo que nos lleva a otras variables.


lunes, 4 de febrero de 2019

QUÉ ES CAPITALISMO PARTE III: PROPIEDAD PRIVADA


Seguimos investigando la relación entre capitalismo y progreso. El libertarianismo, como sabemos bien, ha insistido toda la vida en las virtudes de la propiedad privada, y no hay dudas de que esta es una característica central del capitalismo.

Lo primero es no hacerse el distraído. La noción de posesión está cableada en el ser humano. Los niños tienen una idea bastante desarrollada de ella desde pequeños. Por lo tanto, el sistema parece en esto emular bien una condición humana natural. Punto a favor que no tenía el sistema colectivista.

Pero atención: posesión y propiedad no son lo mismo. La posesión es la capacidad de de usar efectivamente algo que se tiene. Se refiere a un control físico. En cambio, la propiedad indica un derecho formal otorgado por una autoridad pública. Por lo tanto la propiedad ya no es un gen humano, sino una institución diseñada por un grupo de humanos. La propiedad privada es privada en el sentido de que los bienes y activos están en posesión del dueño, pero en una sociedad solo se pueden defender gracias a la institucionalidad de la ley. En este último sentido, la propiedad privada tiene, paradójicamente, un carácter social. 

Por lo tanto, si alguien intenta asociar el capitalismo con los derechos de propiedad como ilustración de las bondades de lo privado, está olvidando el aspecto social de todo derecho, central para defenderlo. Por supuesto, en un modelo económico de equilibrio general con agentes idénticos y sin ley, posesión y propiedad son sinónimos, y allí las características sociales del sistema entonces quedan difuminadas.

Pero este aspecto social de la propiedad no se queda solamente en la posesión de algo, sino que se extiende obligatoriamente a muchas transacciones, en especial aquellas que son intertemporales e involucran contratos. Los contratos contienen evidentes cláusulas legales (definidas socialmente), y son fundamentales para canalizar el ahorro y la inversión. Pero además son necesarias para actividades tan básicas como la relación salarial, donde hay alguien que suele dar trabajo antes (el empleado) a cambio de un pago que viene después (por parte del empleador). Es decir que la relación salarial, uno de los pilares del capitalismo, no podría ejercerse sin un sustento contractual básico. 

El único caso donde esta legalidad contractual no sería necesaria sería en un mundo de perfecta confianza entre los humanos. Pero hete aquí que la desconfianza también es una característica humana cableada, así que si vamos a defender la posesión como innata, el recelo también debe ser reconocido como tal.

Es cierto que para funcionar bien el capitalismo requiere de derechos de propiedad bien definidos, incentivos decisivos a la hora de invertir. Pero estos derechos no son absolutos ni completos, y por tanto no son tan fáciles de definir. Muchas veces otorgar un derecho a alguien implica limitárselo a otros (patentes). Además, los derechos no se le extienden a los niños, los criminales o los locos. Y en otros casos hay dilemas éticos, como el "derecho" a la propiedad de esclavos.

Finalmente, el rol histórico de los derechos de propiedad para la emergencia del capitalismo tampoco es clara. El sistema feudal tenía derechos perfectamente definidos, solo que esa definición de derechos no era compatible con un sistema de progreso económico. Estos cambios necesitaron cambios políticos y sociales muy importantes y que los defensores del privatismo usualmente ignoran.

En suma, la relación entre propiedad privada como exégesis de la libertad y el capitalismo es menos nítida de lo que se suele indicar por los defensores de la autonomía humana. Esto se pone lindo.