sábado, 12 de enero de 2019

HARARI LO HIZO DE NUEVO (RESEÑA DE 21 LECCIONES PARA EL sXXI)


Yuval Harari es un historiador israelí. Bah, en realidad no, no puede ser SOLO un historiador. De seguro es mucho más que eso, pero no es tan fácil definir por la positiva qué tipo de sapiens es este señor. Este post tratará de caracterizarlo mientras reseña su último libro.

Primero el registro. Harari publicó tres libros. El primero trata sobre el pasado del hombre (Sapiens), el segundo trata sobre su futuro (Homo Deus), y el que reseñamos aquí trata sobre el presente. Como dice Sam Harris en un reportaje que le hace, no se sabe bien qué más le queda por escribir. 

Qué NO es Harari

Como dijimos, Harari no es un historiador tradicional. No aburre con citas bibliográficas o documentales, fechas irrelevantes, nombres y apellidos olvidables de líderes principales o secundarios, ni descripciones pretendidamente poéticas de lugares o de formas de vida emotivas.

Sus libros no son libros "de historia". No enseñan hechos históricos, no trazan relaciones entre lugares y tiempos específicos, no listan causas y consecuencias de eventos de supuesta relevancia, no se detienen en las personalidades de los monarcas u otros líderes.

Mucho menos entra en la categoría de conceptualizador serial.  No se pavonea inventando palabras rebuscadas para dar la impresión de que con ellas se explica algo acerca del curso de la historia. Tampoco elude reconocer sus preferencias políticas o sexuales, siempre y cuando esta información ilustre el punto que quiere hacer.

Por eso los libros de Harari son presa fácil del historiador preciosista, del buceador de pequeños fallos, del que se escandaliza ante la divulgación "simplista". Ya sabemos de quienes estamos hablando. Son esos que reseñarán los libros del israelí recurriendo una y otra vez al trillado "Harari olvida...".

Qué SI es Harari

Si los libros de Harari no son de historia, ¿de qué son? ¿Qué es lo que hace exactamente este tipo? Desde luego, la mejor forma de enterarse es leyéndolo. No se preocupen, hay pocos textos más entretenidos que los de él en el universo de la no ficción. Harari tiene un imán en su discurso que hace muy difícil dejar su lectura, porque invita permanentemente a reflexionar sobre cada punto que hace. Este imán proviene de su visión cósmica de la humanidad, de su capacidad de capturar la esencia de la historia, de detectar las ideas falsas, y de recolectar las enseñanzas de la vida de una manera simple y clara. Les aseguro que leí muchos ensayos de divulgadores, y nunca leí nada parecido a lo que leo en estos libros.

Ojo que Harari sigue siendo historiador. Conoce de historia y sabe recoger los hechos precisos que ilustran sus explicaciones. Pero son siempre sus grandes ideas las que lideran. En Sapiens, el hilo conductor son las historias irreales que los humanos se han creído, y los lazos que ellas crearon. En Homo Deus, son las historias irreales que hemos tejido sobre el futuro. Y 21 Lecciones es sobre... bueno... sobre la filosofía de la vida moderna.

Por eso, Harari es un filósofo. Un filósofo en el sentido antiguo de la palabra: un intuitivo, un zorro, un sabio comprensivo y virtuoso. Y lo sorprendente es que ser así esto pueda ser posible HOY, sin ser tomado por un chanta.

Su filosofía no son los conceptos oscuros o los discursos complejizados a propósito, sino ideas que cualquier persona con la primaria completa puede comprender. La principal limitación no es entender a Harari sino aceptar el vergonzante realismo de sus hipótesis. Relata y demuestra la estupidez humana y su hipocresía de una manera tan descarnada que la mayoría seguramente no querrá reconocerlas. Pero a mí me parecen muy reales.

 21 Lecciones

Su último libro es, por eso, el más "filosófico" de los tres. El más personal, lo más parecido a una autoayuda útil que se pueda conseguir en los anaqueles. Cada tema que toca es una deconstrucción de ideas preconcebidas que, revisadas, lucen completamente absurdas, y que sin embargo negamos sistemática y obstinadamente. 

Todos los temas que trata son importantes, pero seleccionados, no exhaustivos. No finge falsos universalismos en los temas. Harari no habla de lo que no sabe. Y lejos de actuar como un académico pedante, se involucra en sus propios diagnósticos. Para una muestra del estilo de este hombre, lean esto de su capítulo sobre Justicia:

"La mayoría de las injusticias en el mundo contemporáneo surgen de sesgos estructurales a gran escala más que de prejuicios individuales, y nuestro cerebro de cazadores-recolectores no ha evolucionado para detectar sesgos estructurales (..). Escribiendo este libro aprendí esta lección en un plano personal (...)"

Y detalla:

"Por ejemplo, no sé absolutamente nada de los puntos de vista únicos y de los problemas de los aborígenes tasmanos. En realidad, sé tan poco de ellos que en un libro anterior supuse que ya no existían porque habían sido exterminados por los colonos europeos. De hecho, hay miles de personas vivas en la actualidad cuyo abolengo se remonta a la población original de Tasmania, y se enfrentan a muchos problemas únicos, uno de los cuales es que su existencia misma sea negada con frecuencia, en particular por académicos y estudiosos."

Fantástico! Cita su error en un libro anterior como evidencia de su propia teoría de nuestras limitaciones cognitivas. Lo que importa no es la humildad, sino el hecho de que todos podemos sufrir estos sesgos.


Harari is the new black, pero su talento es muy real y me cuesta no admirarlo mucho. Hasta que aparezca otro mejor que me convenza. Lo que, ustedes ya me conocen, puede ocurrir en los próximos 10 minutos.


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho como escribe aunque es muy fácil caerle por hacer recortes de las teorías antropológicas.

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    1. Ciertamente. Ojalá hubiera un Harari antropólogo explicando esos recortes!

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