Ando bastante fascinado con I AM A STRANGE LOOP, el libro de Douglas Hofstadter. Este libro de 400 páginas retoma el tema principal de su libro anterior, ESCHER, GÖDEL Y BACH, que era la conciencia. Según el propio autor, en aquel libro los lectores se concentraron en las historias y en las descripciones previas, y no tanto en la discusión principal. Algunos, cree él, ni siquiera encontraron el vínculo entre los loops, los sistemas con feedback y la conciencia. Y entonces el bueno de Douglas se mandó un nuevo libro para explicar mejor su tesis principal.
No es momento de reseñar el libro, porque aun no lo terminé. Pero sí quiero contar una simpática anécdota que me dejó con más preguntas que respuestas.
Caminar leyendo
Sé que queda un poco feo decirlo, pero mucho, mucho antes de que la humanidad inaugurara la ola de caminar (y hasta manejar) mirando el celular, yo camino leyendo. Antes libros, ahora más bien la tablet, pero siempre "aprovechando" el tiempo al máximo.
El día de ayer saqué a pasear a I AM A STRANGE LOOP (versión papel) por la facu de económicas, y me dirigí, siempre leyendo, al bar de profesores del segundo piso. Pido una tarta de pollo para llevar y, mientras espero, continúo impávido mi lectura. La señora a cargo del bar, edad mediana, se sorprende un poco de que sea un libro en inglés y me pregunta amablemente qué estoy leyendo.
Primer desafío de la charla. Los libros que me gusta leer no son tan fáciles de describir en una frase. No es una novela de X, ni una selección de cuentos de Y, ni un libro técnico específico sobre cómo inseminar una ballena. Balbuceo entonces que es un libro que trata de entender qué es la conciencia. Me quedo mirando a ver si hay aprobación y cumplo con las expectativas de la interlocutora.
Gemoterapia
Para mi sorpresa, la barista no se sorprende. No solo toma naturalmente mi respuesta, sino que la aprueba entusiasta. Me responde que ella "también leyó varios libros sobre el tema", y menciona un par de títulos (en castellano) que ahora no recuerdo con precisión, pero que quizás se acercaban a algo así como "El jardín de la mente", y otro más por el estilo. Mi primera impresión fue que no se trataba de libros de ciencia o de científicos, sino más bien de autoayuda o de "disciplinas alternativas".
Mi presunción se corroboró cuando la señora afirmó que ella se dedicaba (además de atender el bar) a la srfasrterapia (lo escribo así porque de entrada no entendí bien). Alcancé a identificar la palabra "terapia" y como ese tema no es lo mío, asumí que Hofstadter y los intereses de la señora no pertenecían a la misma clasificación del conocimiento. Así que la charla prosiguió sobre lo bueno de leer en papel y esas cosas.
Pasaron algunos minutos y, la verdad, no pude contenerme. Quería cerciorarme acerca de qué terapia estaba hablando. Repregunté. Me contesta "yo hago Gemoterapia". Pregunto en qué consiste. Responde que es sanar (o curar) gente mediante el uso de piedras (no soy muy preciso). Lo de gema es porque, según parece, se utilizan piedras semi-preciosas.
Y bueno, ahí terminó la charla. Yo asintiendo calladamente y recibiendo mi tarta de pollo. Me fui preguntándome cuán cercanos o lejanos están estos dos mundos, el de la ciencia y el de las terapias alternativas, el de los científicos prestigiosos y el de los sanadores, el de los libros en inglés con títulos fastuosos y el de los libros en castellano con títulos de autoayuda.
Lo que más me sorprendió, sin embargo, fue que en ningún momento la señora consideró que la gemoterapia podría no conectar demasiado con lo que se estudia en una facultad. Pero después recordé que esa facultad era la de economía, y se me pasó.
Por un lado, contra la concepción de la consciencia como software (el loop extraño), me parece muy interesante la versión de la consciencia como subproducto del colapso de onda cuántico (simplificando muchísimo) de Penrose. Cómo esta otra teoría es física cuántica (y entronca directamente con la construcción de la misma realidad), el punto de contacto con la gemoterapia pasaría por Fritjof Capra, sin duda.
ResponderBorrarComo con casi todas las oposiciones humanas sobre temas complejos, es probable que o sean ambas patrañas, o ambas complementarias en una teoría integradora. Digo, entre Hofstadter y Penrosa, no entre la cuántica y la gemoterapia.
Bah, queseyó...
En algún lugar leí que lo de Penrose era poco serio, pero como ni siquiera me acuerdo dónde, esta afirmación tampoco es muy seria que digamos.
ResponderBorrarEscribí algo (sobre teorías en los bordes, con ejemplos de varios campos) y apreté "Cerrar sesión" en lugar de "Publicar".
ResponderBorrarMis neuronas son el cabal ejemplo de que la explicación por enmarañamiento cuántico es perfectamente aceptable, al menos para el cerebro (i)rracional.