sábado, 28 de julio de 2018

GÖDEL SE EQUIVOCÓ. PARTE I





Intro precautoria

Vamos a hablar de Gödel. Es más, vamos a criticar a Gödel. Y lo vamos a hacer sin saber casi nada de a) matemáticas, b) filosofía, c) historia de la ciencia, d) epistemología y e) lógica. En otras palabras, mis pergaminos en estos temas es casi nulo. 

Pero es este es un blog, que en inglés significa "lugar para intentarlo todo". Bueno, en realidad blog no quiere decir eso, pero lo vamos a intentar igual, y lo mejor que podemos hacer es ir lo más despacio posible para no llamar a las contradicciones y errores demasiado rápido. Para cometer la menor cantidad de fallos posibles, copiaré y aclararé lo mejor posible el pensamiento de lo que saben. Espero que mi interpretación sea razonable, y si no, pueden realizar el reclamo correspondiente en ventanilla, siempre en el horario de 13 a 11.

El loco Gödel

Casi todo lo que sé sobre Gödel lo aprendí de un libro de Rebecca Goldstein, una genia con quien tuvo la suerte de casarse un tal Steven Pinker, quien seguramente no habría sido nadie sin este matrimonio. El libro en cuestión es "Gödel, paradoja y vida", y es absolutamente maravilloso... y caro.

Gödel era un exiliado intelectual, y tenía de íntimo amigo nada menos que a Einstein, uno de los pocos que lo entendía, siendo que Albert también se sentía un exiliado. Ambos compartían animadas charlas en el camino de sus casas a la Universidad de 
Princeton.  

El aporte fundamental de Gödel fueron un par de teoremas (relacionados entre sí) que revolucionaron la forma de entender la lógica de la verdad y de las matemáticas. Vamos a por ellos. 

Los teoremas de Gödel

Para resumir, el matemático Kurt Gödel descubrió que casi todas las verdades matemáticas no se pueden probar, que son verdades indemostrables. De esto también se deduce que casi todas las afirmaciones matemáticas son indecidibles: no hay pruebas de que sean verdaderas ni pruebas de que sean falsas. Cada afirmación es verdadera o falsa, pero no hay forma de descubrir cuál es cuál.

Para los preciosistas, un poco de jerga: Gödel demostró primero que cualquier conjunto de reglas de inferencia que sea capaz de validar correctamente incluso las pruebas de la aritmética ordinaria, nunca podría validar una prueba de su propia consistencia. En segundo lugar, Gödel demostró que si un conjunto de reglas de inferencia en alguna rama de las matemáticas es consistente (ya sea que lo sea o no), entonces dentro de esa rama de las matemáticas deben existir métodos válidos de prueba que esas reglas no designan como válido. Esto se llama teorema de incompletitud de Gödel. Para demostrar sus teoremas, Gödel comenzó por considerar cualquier conjunto coherente de reglas de inferencia. Luego mostró cómo construir una proposición que no podría ser probada ni refutada bajo esas reglas. Luego, demostró que esa proposición sería verdadera.

Un ejemplo

Bueno, paremos con la jerga e ilustremos un poco. Consideremos la siguiente afirmación:

Pablo Mira no puede juzgar consistentemente esta afirmación como verdadera.

Pese a que lo intento desesperadamente (yo soy Pablo Mira), no logro afirmar que esta frase sea cierta. La razón es que si lo hiciera, estaría asumiendo que no puedo juzgar que es verdad, y me estaría contradiciendo a mí mismo. Pero otro que no sea yo podría entender que la afirmación es en realidad perfectamente verdadera. Esto muestra que es posible que una proposición sea al mismo tiempo incomprensible para una persona, aunque sea evidentemente cierta para el resto.

He aquí una idea de lo que quiso decir el amigo Gödel. Acá hay un caso de indecibilidad de una afirmación. Lo que vamos a hacer ahora es mirar un poco esta prueba "desde arriba", es decir, desde la perspectiva de la lógica que usó el propio Gödel. En la próxima entrega te vas a enterar por donde viene la cosa.




sábado, 21 de julio de 2018

LA SUERTE DEL CAMPEÓN


Todos parecen estar bastante cómodos con el resultado del mundial. Francia ganó porque era el mejor, y fue un campeón "justo", como se suele decir. Pero para este blog, esta afirmación no puede ser cierta. En una par de notas como esta o esta, denunciamos la escandalosa labor del azar en la definición de los campeonatos mundiales, por el formato que tienen. Por eso, nuestra tarea es demostrar qué factores azarosos jugaron en favor del campeón. Como verán enseguida, no fueron pocos.

Puro Grupo

El primer partido de Francia fue con Australia, un rival esforzado, pero que está muchísimos escalones por debajo de Islandia, el rival "fácil" que le tocó a la Argentina. El segundo fue Perú, equipo sin figuras clasificado con el último aliento y gracias a una fortuita quita de puntos a Bolivia. Pese a estas ventajas, Francia solo logró establecer diferencias gracias a un VAR dudoso contra Australia, y con algo suerte contra Perú, que mereció algo más.

Con la fortuna de haber jugado primero los dos partidos más accesibles y quedar clasificado, Francia pudo descansar contra Dinamarca poniendo los suplentes y preparándose mejor para los playoffs.

Argentina

Jugar contra Argentina como venía, ya es una ventaja indiscutible. Y sin embargo, contra nosotros Francia tuvo en realidad mala suerte. Pero hay malas suertes y malas suertes. Tras el accidente fortuito de ir perdiendo, al ratito Pavard le pegó como Riquelme o Zidane en su mejor momento e hizo uno de los mejores goles del mundial. Pavard tiene 2 goles en 82 partidos jugados en liga, y obviamente uno solo internacional. Este. Su gol equivale aproximadamente a que Tagliafico la hubiese clavado en el ángulo desde mitad de cancha con su pierna inhábil. Compensó con creces los dos goles del cielo que se ganó Argentina.

La otra "mala suerte" que tuvo Francia es que no ganó por más diferencia. Pero esto es como hacer una doble falta en el tenis cuando vas ganando 5-2 y 40-15. Absolutamente irrelevante.

Uruguay

Uruguay venía jugando sólido gracias a sus dos únicas figuras Suárez y Cavani (que además ya eran figuras en el mundial), y a su fortaleza aérea. Casi idéntico al profile francés. 

Pero para el partido con Francia Cavani se manca.  En cambio a Griezmann, que corrió como un sacado todos los partidos sin parar, no le pasó nada. Si hubiera sido al revés, ¿era tan obvio el triunfo francés?. 

Francia destrabó (otra vez) con pelota parada, y no sufrió la típica presión del final de partido gracias a un gol insólito que se comió el arquero yorugua.

(Paremos la pelota un segundo: no quiero decir que la pelota parada no refleja "merecimiento". Pero no corresponde decir que Francia fue el mejor por buen juego, porque la pelota parada es la parte menos vistosa del juego).

Bélgica

Otra vez la ventaja de Francia en un hecho externo: Brasil, que venía mostrando un juego no tan preciso en defensa pero mucho mejor en ataque que Francia, se queda ajustadamente afuera en el partido con Bélgica.

Pero además Bélgica no jugó nada mal. Hazard fue mucho más que Mbappé y de nuevo salvaron a Francia sus centrales, más sus feroces "delanteros-marcadores".

Croacia

Y otra vez. Llega a la final Croacia destrozado, con dos partidos más que los titulares de Francia (el que ellos no jugaron con Dinamarca, más los tres alargues de 30 que jugó Croacia). Pese a lo cual Croacia no mereció irse perdiendo al descanso.

Dicen que la falta a Griezmann no existió (me quedan dudas), y de ahí vino un gol en contra, que según se dice suma lo mismo que el de Maradona a Inglaterra. Luego llegó el penal que es penal, pero que tiene mucho de mala suerte porque el defensor se ve sorprendido por la trayectoria de la pelota, y porque detrás de su brazo no había ningún peligro que despejar. 

Con la ventaja, Francia administró razonablemente el contraataque y liquidó fácil el partido cuando Croacia se cansó. El gol que se come el arquero galo, de nuevo, es otro caso de "buena mala suerte" para Francia.

Otros aspectos

Francia además contó con la ayuda de una total ausencia de lesiones, algo que en un mundial es muy poco común, lo que le permitió definir rápidamente un equipo titular. 

El VAR, mientras tanto, jugó siempre a favor de Francia. Si por razones institucionales no se aceptaba su uso, la habría pasado bastante peor.

Conclusión

Creo firmemente que Francia es un gran equipo, quizás el mejor. Y estoy convencido de que al haber podido imponer su juego aéreo para pararse de contraataque, aprovechó al máximo las pequeñas ventajas que hay que aprovechar en el fútbol moderno. 

Pero Francia pudo no haber llegado. Brasil o Bélgica fueron equipos casi igual de buenos, y un par de pequeños accidentes que lo dejaran fuera hubieran dejado la impresión de que los galos conformaban un equipo "interesante pero demasiado poco arriesgado". Y esto es exactamente Francia, aunque no lo decimos así porque salió campeón.

La razón del papel de la suerte, insistimos, es el formato de los mundiales, que nos impiden entender con objetividad un juego que es hermoso, pero que puede transformarse en una pesadilla analítica si está mal organizado.



domingo, 15 de julio de 2018

¿EL NUEVO NIETZSCHE?



De Nassim Taleb ya habíamos hablado por aquí. En aquel post contábamos un poco sobre su talento, y sobre su talante, uno bueno y el otro malo. Ahora publiqué un artículo reseñando Skin in the Game, su último libro, en La Nación. Pasen y lean.

Quizás lo que más me molesta de sus actitudes es que actuar así simplemente no parece necesario. No solo no aporta a la discusión en lo más mínimo, sino que genera grietas y exceso de vehemencia en los debates, atrayendo fanáticos y dogmáticos, y desinteresando a la gente inteligente y con ganas de intercambiar honestamente.

Es esa parte de show que por momentos parece destinada únicamente a llamar la atención, y revive comportamientos de autoadulación que modernamente lucen fuera de época e inmaduros. Y que dan una sensación de vergüenza ajena que recuerdan los festejos infantiles de Cristiano Ronaldo.

Taleb es (y seguramente quiere ser) una suerte de nuevo Nietzsche. Brillante, indócil, agrandado, autoconfiado, intratable. Pero pasaron 150 años, chabón. Tu empresa está inevitablemente destinada al fracaso.

sábado, 7 de julio de 2018

NADANALISIS DE ARGENTINA EN EL MUNDIAL



La Selección Argentina sufrió una vieja decepción. La misma decepción que sufren 31 de 32 seleccionados cada cuatro años, sin incluir a las más de 100 naciones que quedan fuera de la competencia mundialista durante cada eliminatoria. La misma decepción que sufren desde hace décadas los combinados de Sudamérica, alguna vez los mejores del mundo y hoy relegados ante el enorme potencial europeo, supermillonario y destino de los mejores jugadores del planeta.

Con cada fracaso, les genies del análisis futbolístico remarcan los errores "evidentes" y las estrategias "completamente equivocadas" que se "vislumbraban" desde hace tiempo, todas perfectamente predecibles. Algunas escépticas remarcan que hay respuestas para todo. Por ejemplo:

- Si jugaron los experimentados, el equipo fue lento justo ahora que necesitábamos pibes que corrieran. Si juegan los jóvenes, su falta de roce y liderazgo los llevó a perder por no poder marcar personalidad en la cancha. 

- Si el equipo tuvo posesión de pelota, no fue vertical y no produjo situaciones de riesgo ni sorpresa. Si el equipo se mandó para adelante, nos jugamos innecesariamente al "palo y palo", sin respetar nuestra esencia.

- Si estrenamos táctica, fuimos unos improvisados que, con el poco tiempo del que disponemos para entrenar, no produjo los resultados esperados. Si jugamos como siempre, nos faltó audacia y sorpresa, y le dimos al rival la oportunidad de anticiparnos el juego.

Y es así. Somos expertes en la detección de cisnes negros... una vez que vemos uno. Según parece, todo lo que pasó era fácilmente identificable antes de que ocurriera. Por supuesto, nadie fue taaaan específico en su análisis... pero quien pronosticó un fracaso finalmente tuvo razón, no?. Es cierto, tal analista no precisó en su momento esas debilidades evidentes tan claramente como lo hizo después, aunque como generalidad su predicción fue correcta. O no? 

No. Bullshit. No menos del 95% de las opiniones sobre lo que pasó con la selección no fue predicho con ningún detalle. Desbordamos de generalizaciones, pero casi nadie la pegó dando una mínima precisión. Casi nadie.

¿Qué es lo que alimenta este bullshit? Por un lado, nuestra natural predisposición a opinar una vez que disponemos de los resultados en mano. También la necesidad del periodismo de explicar, explicar y explicar, aun lo inexplicable. Pero lo que más estimula este comportamiento no es la cultura argentina. 

La responsabilidad principal de este conjunto infinito de pavadas es el sistema del campeonato, de jugarse la vida en el mundial a un solo partido. En un deporte con tan pocas anotaciones por encuentro, el sistema de eliminación a un solo partido no permite sacar casi ninguna conclusión sólida. Y esto sí es algo que anticipamos, en un viejo post: el sistema actual no permite identificar buenos equipos y diferenciarlos de los malos. Y mucho menos sacar conclusiones que nos permitan mejorar el juego.

Y con un solo dato, les analistas tratan inevitablemente de tirar una tendencia y sacar una conclusión. Un absurdo.

Hasta Qatar, muchaches. Sin análisis, como corresponde. Nadanálisis.