miércoles, 29 de mayo de 2019

ECOBICI: LA PESADILLA DE SCHELLING



Interrumpimos el tsunami de reseñas para contar una historia personal que me confirmó que las ideas de Thomas Schelling están más vigentes que nunca, y que se las sigue ignorando.

Mi experiencia

Comencé hace poco a usar el sistema Ecobici. Fácil acceso, bicis nuevas, ansiedad por hacer algo de ejercicio, reducción de tránsito, viaje más cómodo justificaban intentarlo. 

Mi primer viaje fue óptimo. Partí desde Villa Crespo hasta la Facu de Económicas alrededor de las 11 hs sin problemas. Menos de media hora y estaba en destino. 

Pero me entusiasmé y quise volver a la hora pico a casa también en bici. Obviamente casi no había, pero tuve suerte y justo alguien devolvió una cuando pasaba por una estación. Me costó agarrar una bicisenda y di bastantes vueltas hasta llegar a Caballito, incluyendo trayectos a contramano, subidas a la vereda y otras delicias de novato. Mala mía.

Mi problema comenzó cuando quise devolver la bicicleta. Estación cercana a casa llena de bicis, sin lugar para depositarla. Voy a otra, peor. Otra más, nada. Y otra. Y otra. Me fijo en la app donde hay lugar. Aparece una estación que dice que tiene lugar, pero voy y resulta que estaba mal la app y no había espacio. De pronto la salvación, llega una chica a sacar una bici y dejarme un lugarcito. Pero no puede sacarla, tampoco le anda la app. Llegan más bicicletas. Somos 5 esperando y otros tratando de sacar. Un par llaman por teléfono al 147: qué hacemos? Operador/a contesta que hay que dejarlas en otra estación. Ah, buenísimo. En el centro te parece bien?

Sigo buscando, ahora una estación que funcione para que alguien pueda sacar la bici y yo entrarla. Estaba decidido a esperar. Vuelvo a la estación original, donde recuerdo que había gente esperando pero el sistema funcionaba. Pero cuando llego el sistema no anda más. Qué hago? Vuelvo a llamar al 147. Esta vez entienden el problema, y me indican que me van a mandar un mail para contactarme. Llega el mail, que dice que quedó registrado que hice un reclamo en una estación de... Belgrano. Eh? Estoy en Caballito...

Vuelvo a llamar. Qué hago con la maldita bicicleta? La dejo en un Banco Itaú? Escucho que alguien que también esperaba me dice "me la llevo a casa, ahí me autorizaron". Lo miro sorprendido. Ya llevo una hora y media desde que comencé mi aventura bicicletera esa tarde/noche. Llamo de nuevo y pido "llevarme la bici a casa". Con dudas me dicen que me la lleve. Con dudas me la llevo.  Al día siguiente la devuelvo como si no hubiera pasado nada. Nadie me llamó ni me reclamó nada, veremos si a fin de mes aparece algo en la tarjeta.

Los costos del sistema

El problema con el sistema de bicis parece claro. La mayoría vamos para el mismo lado a la misma hora. En Caballito y Palermo, a la mañana las bicis se acaban pronto. A esas horas, en el centro los puestos de llegada no están libres, tanto porque llegan muchas bicis como porque pocos las sacan. A la tardecita pasa exactamente lo mismo en los barrios no céntricos.

Con los subtes pasa algo parecido. A la mañana la frecuencia tiene que ser alta para poder llevar más gente al centro, pero eso requiere que la frecuencia para el otro lado también sea alta, porque el sistema es una rueda. Cada aumento de la frecuencia te cuesta el doble. 

Con las bicis igual. Si quisieras poner más bicicletas y puestos en el centro, deberías hacerlos en todos lados. Cada bici o puesto extra en el centro requiere un costo de expansión también en otros barrios.

Micromotivos y macrocomportamiento

Estos son dos excelentes ejemplos de los problemas que estudió Thomas Schelling, prócer de la teoría de los juegos y del análisis del conflicto, que le valió el Nóbel de economía en 2005. Pero el aporte más interesante de TS para mi gusto fue su trabajo como precursor de los sistemas complejos, que analizan comportamientos macro a partir de motivos individuales, donde cada agente no anticipa los patrones agregados que genera la sumatoria de su conducta individual. Fue el primer paso para lo que hoy se conoce como Agent-Based-Models, modelos que demuestran que la macro es mucho más que la suma de las micro.

Para el diseño de los sistemas, TS solía usar la metáfora del juego de las sillas y su "matemática inapelable": en cuanto para la música, y sin importar cómo jueguen los participantes, uno de ellos quedará sin silla. Las ventas serán siempre iguales a las compras, las llamadas telefónicas realizadas y recibidas también, y en el póker lo que gana una es lo que pierde otra. Y por supuesto, bici que sale tiene que devolverse en algún lugar.

La lógica de Schelling no siempre provee soluciones, pero permite anticipar los inconvenientes de un sistema agregado. En el caso de Ecobici, es bastante evidente que el problema es "estructural", todos trabajamos en el mismo lugar y a la misma hora. Si esta situación estuviera más moderada el costo del sistema sería mucho más bajo para todos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario