sábado, 16 de marzo de 2019

UN EXPERIMENTO DE WHATSAPP ALEATORIO

ATENCIÓN: INTERMEZZO EN NUESTRO VIAJE  DEFINIENDO EL CAPITALISMO. 





Para defender nuestras teorías, los y las economistas solemos buscar "experimentos naturales", esto es, situaciones que nos permitan comparar dos situaciones temporales o espaciales bien diferenciadas, de tal modo que se pueda identificar a qué responden estas diferencias.

Tuve la fortuna de crear involuntariamente un experimento como este, con profundas consecuencias teóricas. 

El experimento y sus descontentos

Todo comenzó con un fallo en el envío de nuestras promociones por email. Los jueves la producción de Dos Tipos de Cambio envía un email a una lista enorme de contactos, pero este año todos los mensajes fueron a parar a la carpeta SPAM de todos los receptores.

Pensando en cómo solucionar el problema (no podíamos mandar un mail avisando!!), se me ocurrió armar una lista similar (o mayor) a la de mis contactos de gmail, pero en Whatsapp (WA). Una vez armada la lista, enviaría un mensaje como este:

"Te hemos mandado por mail un mensaje con la promoción del programa, pero seguro te llegó a SPAM. Si querés recibir la promo regularmente, buscalo y aclará que no es SPAM. Si no la recibiste ni siquiera en SPAM y la querés recibir, avisanos. Si no querés recibir nada, dejá todo como está (o avisanos y por las dudas te sacamos de la lista)"

Como dije, para mandar este mensaje por WA tenía que armar una lista de potenciales receptores. Pensé que la versión de gmail de los contactos era el "grupo" de WA. No es así. Los contactos de gmail los armás y nadie se entera, los de WA los armás y se enteran de inmediato en cuanto le diste OK a la creación del grupo. 

La puta madre. Más de 200 mayormente economistas (y algún plomero, por error) recibieron el mensaje de que yo había armado un grupo y nadie sabía ni por qué ni para qué. Me empecé a perseguir. Muchos no se conocen entre sí, pensé. Tal vez se odian, muchos no quieren que se sepa su teléfono... El terror invadió mi ser.

Empecé a buscar la forma de eliminar el grupo lo más pronto posible. No encontraba la opción y lo primero que vi fue "salir del grupo", confundiendo esto con "eliminar el grupo". De modo que me pegué un tiro en el pie y salí del grupo, y ya no pude matar al monstruo. 

En el grupo empiezan las preguntas, las interacciones, las dudas. Yo me entero gracias a un par de almas caritativas que me van contando. Alguien me explica que aun sin mí, el sistema definía automáticamente un nuevo administrador que podía borrar el grupo. Pero como era un grupo un poco raro, los administradores automáticamente definidos por el sistema se iban yendo. Yo corriendo detrás de cada uno, pero se iban y se iban uno tras otro...

En un momento, quedó una persona estable como administrador. Lo llamo por teléfono. No atiende. Insisto. Nada. Al rato me atiende. El tipo está en Colombia. Colombia, la puta madre. Bueno, pienso, es lo mismo, solo el costo de la llamada pero internet es mundial. Le explico la boludez que hice. Le pido que me haga administrador a mí así borro el grupo. Me contesta que en Colombia no es como acá, que no tienen WIFI en todos lados, que solo a la noche en donde duerme. Mi pánico crece.

Al rato, afortunadamente, el muchacho me vuelve a llamar y me dice que ahora sí tiene WIFI. Pero me indica que no puede incorporarme de nuevo porque el sistema le dice que "salí del grupo hace relativamente poco". La pesadilla kafkiana parece extenderse ad infinitum.

Igual se le ocurre una buena idea. Nomina como administrador a otra persona. Bien, avanzamos. Llamo al nuevo salvador. No atiende. Mando mensajes... nada. Al rato me contesta: estoy bañando a los dos pibes, no te puedo atender ahora. Todos confabulados contra mí.

Mientras, y según me informan los más cercanos, Godzilla se alimenta. Se cambia el nombre del grupo (de 2TC a "Dólar a 17"). Alguno quiere incorporar a otro y pide permiso, aclarando que es liberal (?). Se hacen apuestas. Uno pregunta para qué es el grupo y por qué lo incluyeron. El plomero se indigna. Caos total.

Finalmente hablo con el bañero de pibes. Pero no solo me dice que no tiene tiempo, sino que el grupo está bueno y no lo va a borrar. Godzilla presidente.

Enseñanzas Teóricas

En medio de la discusión de aun 150 economistas, unos cuantos del tomate como yo, aparecen las teorías conspirativas. Algunos temen por su vida, otro tira que todo esto es una estrategia publicitaria del programa, y otro que es un experimento behavioral (conociendo mi interés por el tema). Yo hubiera pensado lo mismo.

Empiezo a indagar si algo malo pasó, pero en realidad todos los que leen lo que pasa me dicen que la están pasando bomba, que el grupo es genial. Al momento de escribir estas líneas, apenas 36 horas después de mi enchastre, 70 economistas siguen charlando, debatiendo y divirtiéndose en grande.

Varias enseñanzas surgen de este experimento aleatorio y naturalmente estúpido. Primero, viví en carne propia el efecto spotlight, ese sesgo por el cual uno está pensando todo el tiempo que el resto se centra en lo que uno piensa o hace. Me lo tomé más en serio y me preocupé mucho más que cualquiera de los que recibieron el mensaje. Nadie se ofendió (hasta ahora) y muchos ignoraron el problema. Mejor.

Segundo, evidentemente había una demanda insatisfecha de grupos entre economistas que quizás ni se conocían. Veremos cómo evoluciona la cosa pero por ahora todo parece ser utilidad neta. El mundo no estaba en un óptimo de Pareto.

Tercero, desde el punto de vista de la teoría del marketing  esto funcionó fantástico. El nombre del grupo era 2TC y muchos nombraron al programa en las interacciones. Un típico caso de serendipia, donde uno aprende buscando otra cosa. Igual, no me animo a repetirlo...

Finalmente, muchos consideraron que esto no fue más que una brillante estrategia para elaborar un experimento behavioral, dándome así un prestigio absolutamente inmerecido.

Final Remarks

Me han ofrecido volver al grupo insólito. No acepto. Al mejor estilo Groucho, no puedo pertenecer a un grupo que jamás quise crear. 

Pero sí aprovecho estas líneas para agradecer la buena onda del 100% de los que recibieron el mensaje. Estoy muy orgulloso de tenerlos en mi lista de Whatsapp, y en mi lista de contactos de Gmail. Después de todo, el experimento terminó demostrando que muchos economistas valen la pena.





















  

4 comentarios:

  1. jaja....genial!! ni Borges hubiera imaginado una trama así. (claro no había wifi en su época más allá que su biblioteca eterna se pareciera mucho a la wikipedia).

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  2. le recomiendo para completar el experimento buscar la forma de incorporarse al grupo con un alter ego incógnito que actúe como catalizador del mismo hasta apoderarse de él y manipularlo.

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  3. no puedo creer que el plomero realmente era plomero, yo pensé que era un chiste. Debí haberlo agendado cuando pude.

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