domingo, 19 de marzo de 2017
EL ROBO DEL BARÇA
Luego del 6-1 contra el PSG, los que le tienen pavor al equipo catalán detallaron taxativamente los errores del árbitro a favor del local. El PSG, que hizo una presentación formal, contó 11 fallos sesgados, mientras que el ATM Pablo Gerchunoff, revisó todo el partido y contó 14 (PG llama al Barsa "Andorra"... brillante).
Creo que esta percepción es objetivamente cierta: el Barcelona se vio beneficiado por el colegiado (que extraordinaria palabra es "colegiado"), pero quiero aportar algunos peritos, o sea, algunos peros chiquitos.
El árbitro tomó decisiones incorrectas, pero mi sensación es que no fue coimeado burdamente para ayudar al Barça. Por el contrario, creo que su desempeño es perfectamente explicable por la lógica de la honestidad. Veamos.
1. Hay una evidencia poderosa de que los árbitros ven presionadas sus decisiones por el grito del público. El estruendo era particularmente importante por la circunstancia, y por lo tanto muy influyente en este partido.
2. El árbitro pudo haber tenido la percepción, consciente o inconsciente, de que ayudar a un equipo que estaba tan lejos de levantar un resultado tan adverso le permitiría quedar bien con el público, sin modificar el resultado final.
3. La cantidad de veces que los delanteros del Barcelona fingen penales o crean situaciones que generan dudas provocan errores casi inevitables. Acá hay un punto a favor de los catalanes: si no llegás al área, no te pueden cobrar penal. Lo fueron a buscar, se tiraron 15 veces, y en un par cobró. No es una tasa tan alta de error.
Lo que no me queda claro tampoco es que el resultado haya sido "injusto". Para mí la justicia en fútbol es medible como la suma de los goles, más la cantidad de jugadas de gol creadas dividido dos, y al que le da más este indicador, es el ganador moral. Creo que el Barcelona terminó ganando este ping-pong (¿alguien lo calculó?), así que se podría decir (con evidente sesgo, debo reconocer), que la mala suerte de que la pelota no entrara 10 veces en el arco rival se compensó con la buena suerte de un árbitro influenciable.
La tesis de que el Barcelona fue beneficiado porque la Champions lo necesita económicamente no me resulta convincente. Si así fuera, Argentina debería ser ayudada en estas eliminatorias pronto. Ojalá los conspiranoicos tengan razón así vamos a Rusia.
El Barça robará por la ayuda de los árbitros, pero también roba corazones, placer y buen fútbol. No seamos envidiosos.
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