Parte I: la bella simpleza de los
sistemas complejos
Nada tiene tan buena prensa entre el
público lego como el estudio interdisciplinario. El intercambio de opiniones,
las “tormentas de ideas”, las variantes en los ángulos y en los puntos de
vista, son tenidos como el marco apropiado para el conocimiento real. En la versión
posmoderna, la retórica es que deben privilegiarse los enfoques “holísticos” al
reduccionismo cientificista.
La exigencia de interdisciplinariedad
es, empero, una posición cómoda y trivial. Ya que no es posible hablar o
siquiera pensar sin omitir nada, siempre habrá alguien en condiciones de marcar
la carencia argumental de quien expone. Por otro lado, en la práctica cruzar
disciplinas y obtener resultados concretos es una empresa compleja. Rara vez el
conocimiento nace de la interacción de puntos de vista distantes, y es normal
que provengan de la reflexión común de un pequeño grupo, a partir de los
esfuerzos intelectuales de otros científicos ubicados en el mismo locus científico. Tampoco es sencilla la
comunicación entre disciplinas: tienen sus propios códigos, su propia jerga,
sus propios intereses y un cuerpo teórico edificado del cual resulta difícil
escapar sin una buena justificación.
Cada tanto, sin embargo, el milagro
sucede. Gracias a un pequeño conjunto de mentes abiertas, sí, pero
fundamentalmente capaces. Esto ocurrió con tres argentinos: Heymann, Perazzo y
Zimmermann (HPZ), responsables de Economía de Fronteras Abiertas (EFA), un
libro que presenta el asombroso mundo de los sistemas complejos, con modelos
famosos y otros de factura propia. Estamos ante una exploración interdisciplinaria
entre… ¡tres físicos! En realidad, Heymann estudió inicialmente física, pero
dedicó su vida a la economía, brillando particularmente en macroeconomía. Pero
su verdadero placer es descubrir nuevos enfoques para entender mejor el mundo. En
este libro, sus “amigos físicos” como él los llama, lo acompañan en un viaje
por el maravilloso mundo de los sistemas complejos y sus implicancias
económicas.
La disciplina económica debería tener
mucho para nutrirse de los sistemas complejos y su necesaria interdependencia
científica. Después de todo, se trata de modelos que combinan calidad
intelectual, rigurosidad matemática y aplicación práctica, un marco más que
amigable para invitar a la mesa teórica de la macroeconomía. Pero todavía, según
parece, no hay asientos disponibles. La corriente principal de la macroeconomía
continúa desarrollando y defendiendo modelos de equilibrio general con agentes
puramente racionales, donde las interacciones entre agentes casi no juegan
ningún rol. Es una situación un poco injusta, ya que con métodos analíticos mucho
menos poderosos que estos, Gary Becker logró colonizar varias ciencias
sociales. Hoy, la rigurosidad de la física y sus notables hallazgos quieren
meterse en la cocina de la economía, pero pocos están dispuestos a abandonar el
menú principal. Economía de Fronteras Abiertas es un libro que como su título
indica, abre fronteras. Pero la corriente principal de la disciplina tiene
leyes de inmigración muy estrictas.
Pese a su nombre, no hay nada en los
sistemas complejos que no sea sencillo de explicar. Si al principio sus
implicancias pueden lucir contraintuitivas, es precisamente por la sorpresa de que
la agregación de lo simple resulte en comportamientos tan inesperados. De
hecho, la palabra “complejo” no refiere a la dificultad de comprensión del
funcionamiento de estos sistemas, sino a la idea de que es posible capturar un
fenómeno complejo partiendo de un setup
simple.
La propiedad de mayor interés de los sistemas
complejos es que “más es diferente”. Agregar comportamientos o información hace
que un sistema presente dinámicas impensadas, creando propiedades en el
agregado no necesariamente identificables en el análisis individual. La implicancia
para la macroeconomía es devastadora: pasar de la micro a la macro no es un
asunto trivial. La visión estándar de la economía moderna, en cambio, continúa
consagrando un modelo macro que se construye a partir de agentes individuales
idénticos, que se suman linealmente para hallar los agregados.
Pero esto es solo el principio. Con
este tipo de modelos podemos empezar a contestar preguntas osadas, de las
cuales las siguientes son una pequeña muestra:
- ¿Hay
ordenamientos ocultos en la organización social o económica o esta es
completamente azarosa?
- ¿Es
una distribución inequitativa del ingreso evidencia de injusticia?
- ¿Estar
más conectados es más o menos seguro?
- ¿Se
puede replicar una crisis como la de 2009 suponiendo reglas de decisión
sencillas para los agentes económicos?
- ¿Es
posible estimar cómo se comportan las empresas a la hora de fijar precios?
- ¿Es
posible cuantificar los costos de transacción de la inflación?
Los sistemas complejos echan luz sobre
variadas cuestiones económicas, pero las aplicaciones posibles de estos
juguetes computacionales son incontables. Los sociólogos encontrarán que los
vecinos de un barrio con minorías étnicas son mucho menos discriminadores de lo
que parecen. El hincha de fútbol preocupado por su ubicación en la tribuna
popular, puede ser ayudado a definir cuál es la disposición más probable de la
barra. Y los bon vivants quizás quieran conocer razones por las que un
restaurante revienta de gente mientras otro similar situado justo enfrente permanece
semivacío.
No hay en el ámbito de las ciencias
sociales una herramienta con más futuro, ni con más aplicaciones, ni con mayor potencial
para intentar mejorar nuestra comprensión de la sociedad y el ambiente que nos
rodea. Y es lo esperable: hablamos de modelos que se nutren de la experiencia
de la matemática, la estadística, la biología, la física y la neurología, entre
otras ciencias. Interdisciplinariedad bien entendida.
¿Editose en versión electrónica?
ResponderBorrarAhí lo encontré en pdf en la editorial. Disculpen la molestia.
ResponderBorrarAh, no sabía que era gratuito. Buen dato. Gracias!
ResponderBorrarhttps://www.editorialteseo.com/titulos-de-descarga-gratuita/
hola este libro es gratuito? link por favor
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