En la primera parte conté por qué The Beginning of Infinity
me había pegado. Ahora paso a los detalles. El libro de Deutsch habla sobre
ciencia: física, astronomía, biología, matemáticas, informática, historia,
política y psicología. Pero también sobre arte, ética, la muerte, el futuro, el
infinito, la sustentabilidad y la belleza. Y por supuesto, también sobre filosofía,
o más específicamente, sobre Epistemología.
El autor escribe como si nos estuviera transmitiendo un
sistema de ideas completo y riguroso, pero sin una sola ecuación. Respecto del
título, ¿a qué tipo de infinito se refiere a Deutsch? Principalmente, es el
progreso. Los seres humanos son capaces de una cantidad infinita de progreso
porque podemos mejorar las cosas sin límite, y aprender sin límite. Esto abarca
no sólo la mejora material, sino también el progreso moral de la humanidad. Incluye
la construcción de estaciones espaciales en el espacio profundo, la
inmortalidad y la creación de una sociedad más abierta, tolerante y libre. Su
afirmación central es que todo progreso, teórico y práctico, científico,
filosófico y cultural, resulta de una sola actividad humana: la búsqueda de
buenas explicaciones.
Deutsch ataca ferozmente la famosa afirmación de Stephen
Hawking, el Principio de la Mediocridad, según el cual “No hay nada
significativo sobre los seres humanos”. La Ilustración cambió esto de raíz. Representó
un salto no sólo en la capacidad de calcular las cosas, sino también en la
capacidad de entenderlas. El umbral se cruzó con la invención del método
científico. Había muchas cosas que los humanos podían hacer antes de la
invención de ese método: la agricultura, o la domesticación de los animales, o
la construcción de pirámides. Pero con la introducción de ese hábito particular
de inventar y evaluar nuevas hipótesis, se crea la capacidad de hacer cualquier
cosa. Las capacidades de una comunidad que ha dominado ese método para
sobrevivir, aprender y rehacer el mundo son literalmente, matemáticamente,
infinitas.
Deutsch denuncia las preocupaciones contemporáneas por
"sostenibilidad". Se asume que la biosfera es un sistema limitado de
apoyo a la vida para los seres humanos. Pero gracias al conocimiento, no
tenemos que depender exclusivamente del pobre y pequeño planeta Tierra, y
podemos pensar en nuestro camino hacia las estrellas. Deutsch usa Oxfordshire
como ejemplo. Las afueras son inhabitables: matarían a cualquier humano que no
tuviera acceso al refugio apropiado, calefacción, sistemas de agua limpia, y
otros servicios desarrollados por humanos a lo largo de miles de años. Mataría
a cualquiera que no tuviera el conocimiento apropiado sobre cómo vivir allí. Por
eso el autor rechaza la interpretación de David Attenborough y Jared Diamond de
que en la Isla de Pascua había una civilización magnífica que fracasó por la
destrucción del medio ambiente. Como dice Jacob Bronowski, el autor de la serie
The Ascent of Man, esa sociedad, con
sus estatuas mirando al océano, "marca una civilización que no dio
siquiera el primer paso en la creación de conocimiento racional".
El libro de Deutsch es profundamente optimista, optimismo que
se basa en una confianza principista y apasionada en la inventiva de la gente. Rechaza
el tecno-pesimismo: nuestra supuesta incapacidad para seguir el ritmo y las
consecuencias de las invenciones que se derivan de la ciencia. Una anécdota
divertida es que cuando la TV color se hizo popular en los 70s, un amigo le dijo
que los aparatos dependían de un elemento raro en el universo, el europio.
Pronto la sociedad se vería dividida entre aquellos que podían tener TV color y
los que no, creando un peligro para la sociedad. Hoy reconocemos este argumento
como absurdo y basado en un fracaso para anticipar el desarrollo de otros tipos
de visualización en color, como los que se utilizan en nuestras pantallas de
cristal líquido. La historia ilustra la distinción entre la predicción,
racionalmente basada en el conocimiento actual, y la profecía, basada en la
incapacidad de imaginar el conocimiento futuro. Para Deutsch, el optimismo es
"la teoría de que todos los fracasos (todos los males) se deben al
conocimiento insuficiente".
Deutsch parece tener respuestas plausibles a algunos de los
mayores misterios de todos los tiempos. ¿Por qué son hermosas flores para los
insectos que han evolucionado para atraer, y también para nosotros? Los
insectos y las flores tienen el problema de tener que comunicarse a través de
una brecha evolutiva. Dentro de la misma especie, un mismo producto químico
puede atraer a la polilla a su compañero. ¿Pero cómo se relaciona una planta con
un animal? Las flores emplean la belleza objetiva: curvas precisas, simetría
con variaciones sutiles, armonías del color. Deutsch señala que los seres
humanos individuales pueden ser tan diferentes entre sí, en términos de
señalización, como una planta y un animal. Reconocemos los símbolos universales
usados por las plantas porque por necesidad las usamos también. Dentro de
especies menos variadas es diferente: el hipopótamo es hermoso para su
compañero sexual, pero no para nosotros. Para Deutsch la belleza es "tan
objetiva como las leyes de la física" y es sólo una clase más de
conocimiento que perseguimos instintivamente. Pero eso Beethoven agonizaba
buscando algo que sabía que estaba allí para ser creado.
Sé que todo esto, así presentado, se parece más a un
panfleto o un manifiesto platónico que a un libro serio, pero de verdad les
digo que todo está muy bien argumentado. Y a todo esto, ¿por qué esta es la
filosofía del futuro? No dijimos nada sobre la epistemología de Deutsch, y la
verdad, necesitamos un post más. Lo lamento.