sábado, 14 de enero de 2017

A 20 AÑOS DE LA JODITA DE SOKAL







Este post es un breve homenaje a Alan Sokal, el científico estadounidense que concretó uno de los engaños más demoledores que puedan existir. De esos que exponen a los chantas, a los dogmáticos y a los religiosos de las ideas.

Se cumplieron 20 años desde que Sokal envió a la revista postmoderna Social Text un artículo titulado Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity. Por si es necesario aclararlo, el artículo estaba plagado de frases empalagosas, jerga exagerada, citas grandilocuentes o falsas, y un sinsentido general. El día que Social Text publicó este absurdo, Sokal anunció en la revista Lingua Franca que era trucho. El autor publicó después Imposturas Intelectuales, un libro que, al menos para mí, significó la puerta de entrada a leer ciencia (divulgativa).

Para poner en perspectiva la tremenda exposición generada por el asunto Sokal, digamos que es equivalente a que un jurado completo encuentre a un ladrón exactamente en el momento en que se está afanando algo. O peor aún, es similar al daño que se autoinflinge Trump cada vez que tuitea. Los pocos posmodernos que contestaron echaron más tierra a su funeral, usando en sus respuestas más de esos conceptos y palabras abtrusas y sin sentido que fueron motivo de la broma inicial.

Finalmente, ustedes se preguntarán por qué puse una foto de Sokal con Fidel Castro (¿es Castro?...). Resulta que muchos posmodernos se creen los paladines de la nueva izquierda, y suelen acusar a los científicos de ser funcionales a la derecha y esas cosas. Bien, resulta que el amigo Sokal siendo joven le puso el pecho a las balas del imperio, enseñando matemática en la Nicaragua Sandinista. Aparentemente, se hizo un rato para sacarse una foto con el comandante.

Más allá de la política, Sokal es y será para mí un héroe de la búsqueda de la verdad, de la importancia de la ciencia y de su utilidad para la humanidad. 



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