lunes, 5 de septiembre de 2016

SOBRE EL MERCADO COMO METAFORA DE LA EVOLUCION

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Luego de todo este papelón de la presentación de Economía al Diván, Dos Tipos de Cambio vuelve a los temas serios. Hoy nos metemos con la comparación entre la teoría de la evolución y el funcionamiento del mercado, y explicamos por qué los economistas no deberían asociar muy literalmente estas dos ideas. Sobre todo si pretendemos dar una visión "normativa" del mercado, es decir, si queremos justificar que el mercado es bueno porque es tan natural como la evolución. 

La equivalencia entre ambos conceptos se basa en que ambos procesos lucen naturales, no creados por la mano humana (es la mano invisible, estúpido!), y que estos procesos son estables (si están vigentes, por algo será). También hay una noción de equilibrio en ambos procesos que los podría ligar. Pero las diferencias son significativas. Veamos:

1. La evolución "sucede" en tiempos largos, ¿el mercado también?

Las poblaciones se transforman de una generación a la otra a través del tiempo. Los hijos son combinaciones de genes  de sus padres. Esta transformación es gradual, de manera que los cambios que producen especies diferentes llevan miles de millones de años. El "equilibrio" que observamos actualmente es el resultado de un tiempo muy pero muy largo. 

Si los mercados funcionaran como la evolución, deberíamos esperar por un equilibrio más o menos confiable durante demasiado tiempo. En general los modelos de equilibrio general proponen ajustes más o menos automáticos al equilibrio, porque los agentes deben actuar con los precios de equilibrio para decidir bien. Si los individuos actúan mientras el equilibrio se está alcanzando, la cosa se desbanda, como bien mostró Axel Leijonhufvud.  

2. La evolución gana porque mata, ¿el mercado también?

La evolución no es solo transformación, sino además la división en linajes que no pueden intercambiar genes y procrear. La evolución divide en grupos bien diferenciados que forman el famoso "árbol de la vida".  Esta división es la que permite que sobrevivan los más "adaptados", mientras que la gran mayoría queda en el camino.

Acá es donde la asociación entre evolución y mercado se pone feucha.  Si fueran equivalentes, deberíamos aceptar que el mercado asegura el equilibrio y el óptimo de Pareto eliminando a los que no enganchan con el entorno. En cierto sentido, esta es la característica del mercado que sus defensores buscan no transparentar demasiado: el mercado es un mecanismo ciego y eficiente, pero nadie se hace cargo del maltrato a quien no se adapta.

Por mi parte, no creo que el mercado mate a mansalva (al menos no como lo ha hecho la evolución), pero sí que dejado a su ciega mano inevitablemente deja un tendal. Este es el lugar que muchos le dan al Estado: evitar los excesos del mercado, así como la ley evita los comportamientos consistentes con el darwinismo social. En cualquier caso, es obvio que la comparación mercado-evolución es insensata: la evolución es un proceso natural y aberrante, como dice la cita de Dawkins. Si el mercado fuera eso, no lo permitiríamos.

3. Todos adaptaditos al medioambiente, ¿y al mercado?

Finalmente, lo que a todos nos parece un excelente diseño natural donde los animalitos se han "adaptado al medioambiente", en realidad no se debe a una hermosa casualidad, sino al proceso de "selección natural": las mutaciones genéticas aleatorias se producen, pero la mayoría de las veces no son "útiles" al medioambiente. El bruto contexto selecciona solo a los que tienen las mutaciones "correctas" para sobrevivir (y que revientan a otras especies).

En la metáfora del mercado, esto equivale a decir que solo vivirán para gozarlo aquellos que logren una modificación (aleatoria) en sus genes. En la evolución nadie se adapta "en vida", sino que la adaptación proviene de las mutaciones genéticas al azar que tengan tus "hijos". La mayoría de estas mutaciones no siguen, y unas pocas sí.

O sea que si la evolución es como el mercado, y tu mutación es mala, te quedaste afuera de la contienda. Tratá de tener hijos y ver si la pegan. Este contenido azaroso tampoco es un componente que quienes asocian mercado con evolución quieren reconocer. Otra razón para diferenciar ambas cosas.

Conclusión Natural

La idea de que el mercado es un espejo del proceso evolutivo nace de la necesidad de naturalizar el concepto. Pero el resultado es un tiro por la culata: no hay proceso más horrible para los estándares morales humanos que la evolución. Lo natural, la mayor parte de las veces, no es bueno, sino cruel y dañino. Pero como vemos el resultado final, todo nos parece perfectamente adaptado y hermoso. No nos olvidemos cómo llegamos hasta aquí, y sobre todo, no hagamos comparaciones odiosas.









3 comentarios:

  1. Lo interesante es que la causalidad de la relación es la inversa: Darwin conocía el trabajo de Adam Smith y, combinado con el de Malthus, dentro de una geología gradualista propuesta por Lyell, le sugirieron la base para su teoría particular de la evolución.
    Algún día pensaba escribir alguna pavada sobre las influencias de Adam Smith en las "ciencias duras"...

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  2. Hola Ariel,
    Sí, parece que así fue. Don Darwin se inspiró en economistas... Lo raro es que con ese antecedente finalmente tuviera razón!

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